Correo electrónico como medio de comunicación
La verdadera naturaleza del correo electrónico se manifiesta en el reino de la experimentación, lo que significa que sólo se puede comprender si se usa de forma sostenida y no superficial.
Está al alcance de cualquiera entender de una manera conceptual que el correo electrónico es un sistema en el que sus usuarios producen, envían, reciben y gestionan mensajes sobre/desde una pantalla de ordenador, terminal o pecé, porque ésta es una propuesta lógica, propia del pensamiento abstracto, pero "comprender" es algo más, es interiorizar, poseer, meter en las capas inferiores del cerebro, allí donde se forma el sustrato emocional de las experiencias: aplicar, experimentar, ensayar, fracasar, reintentar. Requiere tiempo.
Cuando digo "tiempo", quiero decir "tiempo de la vida personal", pero también tiempo de la vida de todos, o sea tiempo de la historia, la duración de la evolución tecnológica y cultural.
Este verano, en el curso "Telecomunicaciones y Sociedad: el Futuro Inmediato", organizado por la Universidad del País Vasco, de pie junto a unos ventanales orientados a la incomparable bahía de Donostia (San Sebastián), me encontré en la situación de intentar explicarle a una audiencia de unas cien personas, en su inmensa mayoría desconocedores de todo lo referente al tema, en qué consiste el correo electrónico, para qué sirve y por qué hay que verlo como un nuevo medio de comunicación. Con las premisas que he presentado arriba, fui consciente entonces de que acometía una ¡misión imposible!, y no me olvido de que algo semejante puede suceder entre este texto y algunos de sus lectores.
No puedo estar más de acuerdo con Gates, quien, en su libro "Camino al Futuro", establece un símil entre el teléfono y el correo electrónico. El teléfono nació oficialmente hace 120 años. Al principio "se llegó incluso a decir de él que era una lata". Recuerdo que en mis veraneos infantiles en el pueblo de mi padre, en Ávila, hará de ello unos 45 años, el teléfono del abuelo, que sólo se utilizaba para casos extremos, no tenía disco de marcar, sino una manivela de magneto para pedirle comunicación a la operadora del lugar, que te advertía, mientras que con la mano libre acaso ponía en remojo los garbanzos del cocido, de que con Madrid se preveía una demora de siete horas. Y en Madrid, como en otras ciudades importantes, había grandes salas pobladas de operadoras humanas que conectaban y desconectaban cables rematados por clavijas sobre unos paneles agujereados. Hoy, la telefonía es automática y universal, y nadie discute que aquellos artefactos acabaron por convertirse en un nuevo medio de comunicación, en el medio de telecomunicación por antonomasia. Tanto, que es por ahora incluso el medio de transporte más común del correo electrónico.
Escribe el citado autor que a medida que se expandía la telefonía se le iban desarrollando provecho, trucos, etiqueta y cultura. Con el correo electrónico -termina- se está comenzando a seguir un proceso de la misma clase, estableciendo sus propias reglas y hábitos.
Atributos más característicos del correo electrónico
Por diseño, mi estrategia para la conferencia donostiarra eludía toda referencia a protocolos, sistemas operativos, seguridad o a cualquier otra materia dura, para concentrarse en cuestiones tales como características funcionales, tipos de aplicaciones, niveles de uso e implicaciones socioeconómicas del correo electrónico. Sobre la marcha decidí hacer mayor hincapié del previsto en describir ejemplos sencillos, utilizando para ello transparencias de mensajes reales enviados y recibidos, propios y recientes, procedimiento que aquí no puedo seguir, aunque sí creo poder reproducir algunos de los conceptos que utilicé en dicha conferencia. Uno de ellos es la estructura de atributos técnicos del correo electrónico y sus consecuencias primordiales, que se exponen a continuación.
Es un medio electrónico
Su consecuencia es la práctica instantaneidad de comunicación entre emisor y receptor, incomparable con la lentitud física del correo postal. Los usuarios avezados del correo electrónico designan despectivamente al correo postal como s-mail, que significa snail-mail, o correo-caracol. El correo electrónico es el e-mail (electronic-mail), según la terminología habitual. Quien haya leído la metáfora preferida de Negroponte sobre los "átomos" y los "bits", encontrará en el sistema de correo electrónico un ejemplo perfecto de ella: la información escrita o impresa sobre un papel y transportada de acá para allá en vehículos son "átomos", mientras que la información transportada por el correo electrónico son "bits". Los bits son ecológicos y baratos, y generan economías de escala. Los átomos, no.
Es un medio asíncrono
La asíncronicidad entre emisor y receptor es una de las características más eficaces del correo electrónico, si la comparamos con el teléfono, que exige la presencia física simultánea de ambos usuarios a uno y otro lado de la línea para que se establezca la comunicación. Los terminales telefónicos se complementan con dispositivos registradores, es evidente, pero los usuarios dejarán ahí un mensaje breve, nunca los detalles de un asunto, ni siquiera aunque el acceso estuviera cerrado por una clave personal.
La economía del mundo se mueve de forma continua, para lo que requiere servirse tanto de la sincronicidad como de la asincronicidad de los sucesos. La gente que colabora en un mismo proyecto o misión vive en zonas horarias distintas, o distribuye, si puede, sus ocupaciones de la forma que más le conviene a lo largo del día, o teletrabaja, o no se está nunca quieta en un lugar determinado y localizable, o está reunida,... En todos estos supuestos (resueltos técnicamente por la telefonía celular), cerrar una comunicación telefónica constituye un verdadero milagro, mientras que el correo electrónico garantiza la intercomunicación, ¡siempre que el otro quiera contestar!
Es un medio ubicuo
Quizá sería mejor decir deslocalizado o virtual, porque puede accederse a un buzón electrónico tanto para emitir mensajes como para recibirlos (leerlos) desde cualquier parte del mundo donde se disponga de un punto de acceso a la red telefónica automática, de un módem, de un ordenador portátil y del software adecuado. Físicamente, el buzón está ubicado en un ordenador concreto, pero su dirección se refiere a un espacio lógico, y es transparente con respecto a cualquier tipo de coordenadas geográficas.
Es un medio digital
Este atributo permite la universalidad de contenidos, y no sólo textos, como muchos creen, sino datos, gráficos, voz, programas, etc., a tenor siempre de lo que vaya deparando la evolución tecnológica. Cualquier tipo de información es transformable en una secuencia de dígitos binarios.
Es un medio informático
Tal cualidad le provee de todas las funcionalidades de los ordenadores, le dota de la que pudiéramos llamar una multifuncionalidad "ilimitada". Tanto el cuerpo del mensaje como las informaciones sobre el mensaje (direcciones, nombres, fechas, horas, firmas, destinatarios de originales, destinatarios de copias, listas,...) y el conjunto completo son estructuras de datos, susceptibles de tan amplia variedad de procesos como permita el software del sistema concreto de correo electrónico.
El grupo de atributos EAUDI (Electrónico, Asíncrono, Ubicuo, Digital, Informático) que se acaba de expresar es algo así como el cuadro de las capacidades intrínsecas -es decir, que dimanan de su naturaleza- del correo electrónico. Algunos personajes repletos de ignorancia han argumentado que el correo electrónico, en el fondo, es como el correo clásico, sólo que mucho más rápido. Deben ser los mismos, o primos hermanos de aquéllos que dijeron años atrás que la aplicación informática del procesamiento de textos era como una máquina de escribir eléctrica, sólo que con pantalla. Ahora se resistirán a "ver" el correo electrónico como un medio interactivo, general e importantísimo, de intercambio de toda clase de información.
http://www.gsi.dit.upm.es/~fsaez/inforpistas/pcweekinedit2p.html
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